Resumen
El autor recuerda primero que la lexicografia moderna se inicia afines del siglo XV y comienzos del XVI con grandes diccionarios bilingües, como, por ejemplo, los de Nebrija. Los diccionarios monolingües son posteriores. El primero de ellos, para el español, es el "Tesoro" de Covarrubias. A partir del siglo XVII, la lexicografa monolingüe tiene cada vez más restricciones morales, estéticas y puristas en cuanto al registro de palabras, y esta tendencia duró hasta nuestra época, en que la casi totalidad de los diccionarios monolingües españoles copian
casi literalmente el Diccionario de la Real Academia Española con algunas crñadiduras y supresiones. LAS pocos diccionarios buenos de dos lenguas suelen ofrecer una selección mucho más rica del vocabulario porque el usuario del diccionario bilingüe busca, en primer lugar, la equivalencia de unidades léxicas que aparecen en un texto sin restricciones normativas o puristas. En el artículo se dan listas de unidades léxicas que figuran en diccionarios bilingües, pero no en los diccionarios monolingües más usuales del español o sólo en uno o dos de ellos: combinación sustantivo + adjetivo, colocaciones y fraseología, modismos,
palabras truncadas, ejemplos de aplicación, extranjerismos, lenguaje coloquial, popular y jergal, palabras tabuizadas, neologismos. De acuerdo con lo argumentado, la lexicografía monolingüe puede aprender bastante de la bilingüe.