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in Revista de Psicología
Dificultades de regulación emocional y motivos de afrontamiento y mejora: Factores predictores relacionados con el uso de alcohol en estudiantes de sexto de secundaria
Resumen:
El inicio en el consumo de alcohol se produce generalmente en la adolescencia. El consumo de alcohol en esta etapa es considerado de riesgo, ya que puede traer diversos problemas para la salud. Los motivos del consumo de alcohol y las dificultades para regular las emociones han sido asociadas con el desarrollo de problemas debido al uso de alcohol. Objetivo: evaluar las dificultades en la regulación emocional, los motivos de afrontamiento y mejora como predictores de los problemas relacionados con el uso de alcohol. Adicionalmente, el estudio tuvo como objetivo describir los problemas relacionados con el uso de alcohol en esta muestra. Método: la muestra estuvo conformada por 332 estudiantes de 16-19 años de la ciudad Córdoba y aledaños, en Argentina. Cuestionarios: Escala de Dificultades en la Regulación Emocional (DERS); Cuestionario de Identificación de Problemas Relacionados con el Uso de Alcohol (AUDIT) y Cuestionario de Motivos de Consumo de Alcohol, versión corta (DMQ-R SF). Análisis: se realizaron análisis descriptivos, correlaciones bivariadas y análisis de regresión múltiple. Resultados: los puntajes totales del AUDIT correlacionaron de forma positiva con DERS total y motivos de afrontamiento y mejora. Las dificultades en el control de impulsos (DERS) y los motivos de afrontamiento y mejora (DMQ-R SF) explicaron el 25% de la varianza en el puntaje total del AUDIT. Conclusiones: estas variables tienen potencial importancia a la hora de diseñar intervenciones de prevención y tratamiento del consumo de riesgo y trastornos por consumo de alcohol.
Introducción
El consumo de alcohol se inicia principalmente en la adolescencia (Aiken et al., 2018; OAD, 2017). En Argentina, se estima que más del 60% de los adolescentes ha probado alcohol alguna vez en su vida, y la edad promedio de inicio en esta población es a los 14 años (OAD, 2017). El consumo de alcohol durante la adolescencia se caracteriza frecuentemente por ocurrir los fines de semana con los grupos de pares, en forma de atracón o tipo binge (NIAAA, 2013; OAD, 2016); en población de adolescentes en Argentina, este tipo de consumo se observa en casi el 50% de quienes presentan consumo actual (OAD, 2016; Pilatti et al., 2023). Si bien una gran parte de la población ha consumido o consume alcohol, no todas las personas que consumen alcohol desarrollan un consumo perjudicial o de riesgo (en Argentina, el 16% de los consumidores presenta esta problemática [OAD, 2017]). El Alcohol Use Disorders Identification Test (o en español, Cuestionario de Identificación de Problemas Relacionados con el Uso de Alcohol, a partir de ahora, AUDIT) es un instrumento desarrollado por la Organización Mundial de la Salud para identificar el consumo de riesgo en adultos (Babor et al., 2001). También se ha probado su utilidad en adolescentes (Liskola et al., 2021). Más allá del patrón de consumo, todo consumo de alcohol durante la adolescencia es considerado un consumo de riesgo, ya que se asocia a diversas consecuencias, desde efectos a largo plazo en el desarrollo y la maduración cerebral, provocando graves daños a niveles estructurales y cognitivos (Lees et al., 2020 ); hasta otros problemas derivados de su abuso, como intoxicación etílica (con episodios de agresividad o de pérdida de conocimiento), problemas escolares, encuentros sexuales no planificados, accidentes de tránsito, problemas legales, etc. (Espada et al., 2003 ). Es por esto que el estudio de las variables involucradas en el inicio, mantenimiento y progresión del consumo de alcohol hacia formas más dañinas, como lo son el abuso y la dependencia, resulta de gran relevancia. Es este un fenómeno complejo, en el cual intervienen factores individuales, microsociales y macrosociales. El presente trabajo aborda los motivos de consumo de afrontamiento y mejora, y las dificultades en la regulación emocional como factores individuales que pueden incidir sobre el consumo problemático de alcohol.
Los motivos del consumo de alcohol refieren a los incentivos derivados del consumo, que subyacen a la decisión de tomar alcohol ( Cooper, 1994 ; Cox & Klinger, 1988). Son considerados determinantes proximales del uso de alcohol que median los efectos que otras variables más distales (como los rasgos de personalidad) ejercen sobre el consumo de alcohol (Cooper et al., 2016 ). Cox y Klinger (1988 ) propusieron un modelo motivacional del consumo de alcohol, operacionalizado por Cooper (1994 ) en el Drinking Motives Questionnaire-Revised. Este modelo diferencia los motivos de consumo a partir de dos dimensiones: dirección o valencia (i.e., aproximación o evitación [consumir alcohol para incrementar un resultado positivo o para evitar/aliviar un resultado negativo]), y fuente (i.e., interna o externa [consumir para obtener una recompensa interna o externa]). Cuando se combinan, estas dos dimensiones dan lugar a cuatro categorías: motivos sociales (i.e., fuente externa para incrementar la recompensa positiva), de conformidad (i.e., fuente externa para reducir el rechazo social), de afrontamiento (i.e., fuente interna para evitar/aliviar el afecto negativo), y de mejora o animación (i.e., fuente interna para incrementar el afecto positivo). Tanto los motivos de mejora como los de afrontamiento se relacionan con un intento de cambiar la experiencia emocional interna, los motivos de afrontamiento por la vía del reforzamiento negativo y los de mejora o animación por la vía del refuerzo positivo (Cooper et al., 2016 ; Kuntsche et al., 2005). Las personas que consumen alcohol para afrontar las emociones negativas tienen mayor riesgo de desarrollar patrones de consumo desadaptativos (Aurora & Klanecky, 2016; Cooper et al, 2016; Kuntsche et al., 2005; Paulus et al., 2021).
Diversos estudios han vinculado las dificultades en la regulación emocional con el consumo de alcohol (Aurora & Klanecky, 2016; Dvorak et al., 2014; Momeñe et al., 2021). Gross y Thompson (2007 ) definen la regulación emocional como aquellos procesos por los que las personas ejercen influencia sobre su estado emocional, que involucra un intento de regular desde qué emociones tener, cuándo sentirlas, cómo experimentarlas y hasta cómo expresarlas. Algunas conceptualizaciones sobre la regulación emocional (o la desregulación) ponen el acento en el control sobre la experiencia subjetiva y la expresión emocional (Ren et al., 2022 ), mientras que otras enfatizan en la función de las emociones y señalan que regulación y control no son conceptos intercambiables (Cole et al., 1994 ). Adicionalmente, otros autores han destacado las estrategias utilizadas para regular las emociones, considerando algunas de estas adaptativas y otras desadaptativas (Boemo et al., 2022 ). Gratz y Roemmer (2004) desarrollaron un instrumento de autorreporte denominado DERS, por su sigla en inglés (Difficulties of Emotion Regulation Scale, o en español, Escala de Dificultades en la Regulación Emocional). Este instrumento reúne de forma comprehensiva diversas dimensiones de las dificultades en la regulación emocional (a partir de ahora, DRE), que abarca no solo la capacidad para modular la activación emocional, sino también la conciencia, la comprensión y la aceptación de las emociones, así como la habilidad para actuar de la manera deseada más allá del estado emocional, es decir, de mantener una conducta dirigida a metas aun cuando se experimentan emociones intensas.
Las dificultades para regular las propias emociones se han asociado a múltiples problemáticas de salud mental, tales como conductas suicidas y autolesivas; el trastorno límite de personalidad (Linehan, 1993); trastornos de ansiedad y depresión (Mikulic et al., 2021 ; Rahmani et al., 2022; Tao et al., 2022); trastorno por estrés postraumático (Doba et al., 2022 ), y de trastornos por consumo de sustancias (Messman-Moore & Ward, 2014; Stellern et al., 2023). Si bien la literatura es inconsistente, se han encontrado diferencias de género en las dificultades para regular emociones positivas y negativas, y el uso inadecuado de alcohol (Goncharenko et al., 2019 ).
Aurora y Klanecky (2016 ) observaron que, a mayor consumo de riesgo de alcohol, mayores valores en las DRE. Además, estas dificultades se correlacionaron con el consumo por motivos de afrontamiento y mejora. Consistente con estos resultados, se ha propuesto que las DRE (positivas y negativas) conllevan un mayor riesgo de involucrarse en el consumo de alcohol como una respuesta de autorregulación, y esta respuesta desadaptativa podría ser una vía para el desarrollo de problemas relacionados con el consumo de alcohol (Messman-Moore & Ward, 2014; Paulus et al., 2021). En consonancia con esta idea, Pilatti et al. ( 2022) encontraron que una menor posibilidad de tolerar el malestar, se asoció con diversas medidas de consumo de alcohol, vía los motivos de afrontamiento y mejora o animación (Pilatti et al., 2022).
A partir de los antecedentes revisados, el presente estudio tuvo como objetivo general analizar la relación entre las dificultades en la regulación emocional, los motivos de consumo de alcohol de afrontamiento y de mejora o animación, y el consumo de alcohol de riesgo en estudiantes de sexto año, en escuelas de enseñanza media de la ciudad de Córdoba (y alrededores), en la República Argentina. Hipotetizamos que las DRE y los motivos de afrontamiento y mejora o animación son predictores del consumo de riesgo en un modelo de regresión lineal jerárquica. Adicionalmente, el estudio tuvo como objetivo describir los problemas relacionados con el uso de alcohol en esta muestra.
Método
Población y muestra
La población se constituyó por adolescentes que asisten a sexto año de colegios secundarios públicos y privados durante el año 2021, en la ciudad de Córdoba y las ciudades aledañas de Alta Gracia, Villa Carlos Paz y Potrero de Garay. Con un total de 20 colegios participantes. La muestra fue de tipo no probabilística por conveniencia y estuvo conformada, originalmente, por 332 participantes. La edad media de quienes participaron fue de 17,38 años (DE = 0,04). Con relación al género, 186 (56%) reportaron femenino, 143 (43,1%) masculino, 1 (0,3%) no binario, 1 (0,3%) trans y 1 (0,3%) otro. Sobre la localidad de residencia, se obtuvo que 207 (62,3%) residen en la ciudad de Córdoba y 125 (37,7%) en ciudades aledañas.
De esta primera muestra, 259 reportaron haber consumido alcohol alguna vez en sus vidas, por lo que se seleccionó este subgrupo para realizar los análisis estadísticos coherentes con nuestro objetivo general, dado que una de las variables centrales son los motivos de consumo de alcohol, que no pueden ser evaluados en personas que no han consumido, así como tampoco podemos evaluar consumo problemático de alcohol cuando aún no se ha iniciado en el consumo de esta droga. En función de la falta de representatividad para las categorías de género no binarias, estas categorías fueron excluidas de los análisis, quedando finalmente un n = 256 (mujeres = 152; varones = 104). Previo a la realización del estudio, y en resguardo de los lineamientos éticos, el proyecto fue aprobado por un comité académico compuesto por docentes investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Córdoba. Tanto el proceso de investigación como el posterior análisis se realizó respetando los derechos humanos de los participantes, siguiendo los lineamientos del código de Nuremberg (1947), el Código de Ética del Colegio de Psicólogos de la Provincia de Córdoba (2016) y el Código de Ética de la FePRA (2013).
Procedimiento
Al inicio de la investigación, el equipo de trabajo visitó establecimientos de enseñanza media de la ciudad de Córdoba y alrededores, explicando los objetivos del trabajo a las autoridades de las instituciones, quienes otorgaron un primer consentimiento. En aquellas escuelas donde se obtuvo el consentimiento institucional, se procedió a contactar a los coordinadores, preceptores y docentes del último año para la distribución de la invitación a participar del estudio entre los estudiantes y sus familias. Los participantes que aceptaron colaborar, completaron un cuestionario online conformado por cinco secciones. Una primera sección donde se incluía el consentimiento informado de los adolescentes (explicitando los objetivos del estudio, la naturaleza voluntaria de su participación, la confidencialidad en el manejo de las respuestas y la información de contacto de la investigadora responsable del proyecto), el cual era dado yendo a la ventana siguiente. Las restantes secciones estuvieron conformadas por un cuestionario de preguntas sociodemográficas, el DERS (Gratz & Roemer, 2004), el AUDIT (Babor et al., 2001) y el Cuestionario de Motivos de Consumo de Alcohol-Versión Corta en español (DMQ-R SF) (Mezquita et al., 2018; Kuntsche & Kuntsche, 2009). Aquellos participantes que respondieron no haber consumido alcohol nunca en sus vidas, finalizaron el cuestionario tras responder las preguntas sociodemográficas y el DERS, no continuando con las secciones posteriores. No se entregaron premios por la participación en el estudio. La recolección de datos se realizó durante el periodo entre el 2 de septiembre de 2021 y el 5 de noviembre de 2021, en el cual los y las adolescentes asistieron a clases con diferentes modalidades de presencialidad en las escuelas (clases virtuales, burbujas, presencialidad plena). A los colegios (a través de docentes y directivos) y a los y las estudiantes (en la parte final del cuestionario) se les brindó material de apoyo sobre el consumo problemático de alcohol, además de información sobre centros para recibir atención ante el consumo problemático de sustancias psicoactivas.
Instrumentos
Cuestionario de Identificación de Problemas Relacionados con el Uso de Alcohol (AUDIT). El AUDIT (Babor et al., 2001) es un test desarrollado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el objetivo de detectar el consumo excesivo de alcohol. Consta de diez ítems que se dividen en tres dominios: cantidad y frecuencia (ítems 1 a 3); síntomas de dependencia (ítems 4 a 6), y consumo perjudicial y problemas relacionados con el consumo de alcohol (ítems 7 a 10). Los primeros ocho ítems tienen cinco categorías de respuesta (0 a 4 puntos) y los dos últimos poseen tres alternativas cada uno (0, 2 y 4 puntos). En su conjunto, la escala del test tiene un rango entre 0 y 40 puntos. La puntuación total del AUDIT refleja el nivel de riesgo relacionado con el consumo de alcohol, puntuaciones más altas reflejan mayor riesgo. Puntuaciones totales iguales o mayores a 8 en varones, y de 7 en mujeres, se consideran como indicadores de consumo de riesgo y de consumo perjudicial, así como de una posible dependencia del alcohol. Este instrumento ha demostrado una adecuada confiabilidad (García Carretero et al., 2016 ) y, en poblaciones hispanohablantes de Sudamérica, el AUDIT ha evidenciado una buena consistencia interna, con un alfa de Cronbach de ,75 (García Carretero et al., 2016 ). En esta investigación, se obtuvo un alfa de Cronbach de ,77 para este test.
Cuestionario de Motivos de Consumo de Alcohol-Versión Corta (DMQ-R SF). Se utilizó la versión en español (Mezquita et al., 2018) del DMQ-R SF, versión abreviada de 12 ítems (Kuntsche & Kuntsche, 2009) para evaluar motivos de consumo de alcohol dentro de cuatro dominios (tres ítems por cada uno de ellos): social (para mejorar los encuentros sociales o aumentar la diversión); conformidad (para evitar la exclusión de su grupo de amigos o pares); mejora (para lograr sensaciones positivas o porque es divertido), y afrontamiento (para hacer frente a estados emocionales considerados como negativos). Utiliza una escala de tipo Likert, que va desde 1 (casi nunca/nunca) a 5 (casi siempre/siempre), para indicar la frecuencia con la que se consume alcohol por el motivo especificado en cada ítem, los puntajes más altos indican mayor motivación dentro de cada dominio. Este instrumento tiene una buena consistencia interna: social α = ,77; mejora α = ,70; conformidad α = ,78 y afrontamiento α = ,83 (Kuntsche & Kuntsche, 2009). Los valores de alfa de Cronbach obtenidos en la presente investigación fueron: social α = ,95; mejora α = ,87; conformi-dad α = ,91; afrontamiento α = ,87. En función de los objetivos del presente trabajo, nos enfocamos en los motivos de afrontamiento y mejora o animación.
Escala de Dificultades en la Regulación Emocional (DERS). El DERS (Gratz & Roemer, 2004) es un instrumento diseñado para evaluar de forma exhaustiva la desregulación emocional a través de seis subescalas. La versión original consta de 36 ítems con una escala tipo Likert de 5 puntos (1 = casi nunca – 5 = casi siempre). Las puntuaciones más altas se interpretan como mayores dificultades en la regulación emocional. En Argentina, Medrano y Trógolo (2014 ) adaptaron esta escala a una versión que cuenta con 28 ítems agrupados también en seis factores, al igual que la original. Las seis subescalas de la versión argentina incluyen: falta de aceptación emocional (tendencia a experimentar emociones negativas secundarias como respuesta a una emoción negativa primaria); interferencia en conductas dirigidas a metas (dificultad para realizar tareas cuando se experimenta una emoción negativa); dificultades en el control de impulsos (dificultades para controlar el propio comportamiento cuando se experimenta una emoción negativa); falta de conciencia emocional (dificultad para atender y admitir estados emocionales); falta de claridad emocional (dificultad que tiene una persona en examinar y comprender sus emociones), y acceso limitado a estrategias de regulación emocional (creencia de que no se podrán modificar estados emocionales displacenteros). Con respecto a las propiedades psicométricas, Medrano y Trógolo (2014 ) examinaron la consistencia interna de cada escala, obteniendo los siguientes valores: falta de conciencia emocional α = ,71; falta de claridad emocional α = ,70; falta de aceptación emocional α = ,84; interferencia en conductas dirigidas a metas α = ,82; dificultades en el control de los impulsos α = ,87; acceso limitado a estrategias de regulación emocional α = ,54. Los valores de alfa de Cronbach obtenidos en esta investigación, fueron los siguientes: falta de conciencia emocional α = ,69; falta de claridad emocional α = ,71; falta de aceptación emocional α = ,87; interferencia en conductas dirigidas a metas α = ,80; dificultades en el control de los impulsos α = ,85; acceso limitado a estrategias de regulación emocional α = ,51.
Análisis de datos
Para el análisis de datos se utilizó el software estadístico SPSS (versión 25). Se evaluaron los supuestos de linealidad, independencia, normalidad, homocedasticidad y no colinealidad de la distribución de la muestra para corroborar la normalidad y el posible uso de pruebas estadísticas paramétricas. Estos análisis se realizaron para la muestra global y separadamente para varones y mujeres. En primer lugar, se realizó un análisis descriptivo de las medidas de consumo problemático en varones y mujeres. Para analizar diferencias de sexo-genéricas en las medidas sobre uso problemático de alcohol (AUDIT puntaje total, cantidad y frecuencia de consumo y consumo perjudicial), se realizaron pruebas t-Student y correlaciones bivariadas para analizar asociación entre las dimensiones del DERS y los motivos de afrontamiento y mejora o animación con los puntajes del AUDIT, global y en sus tres dimensiones. Finalmente, se realizó un análisis de regresión lineal jerárquico. En primer lugar, se introdujo como variable dependiente el puntaje total del AUDIT y como variables independientes las dimensiones del DERS (paso 1). Luego, se ingresaron los motivos de consumo de afrontamiento y mejora (paso 2), también coherente con los antecedentes (Aurora & Klanecky, 2016; Pilatti et al., 2022).
Resultados
Resultados descriptivos
Los resultados obtenidos del puntaje total del AUDIT indican una media de 7,75 (DE = +/- 5,95). No se observaron diferencias en cuanto a esta medida en mujeres (M = 7,85; DE = +/- 5,72) y varones (M = 7,73; DE = +/- 6,32), ni en las dimensiones del AUDIT cantidad y frecuencia, síntomas de dependencia y consumo perjudicial. Respecto del consumo de riesgo, n = 75 tuvo un consumo de riesgo en el grupo de mujeres (punto de corte de 7) y en el grupo de varones el consumo de riesgo (punto de corte de 8) tuvo una frecuencia de n = 45, lo que representa el 49,3% dentro del grupo de mujeres y el 43,3% del grupo de varones. Adicionalmente, se observó que el 34,4% de la muestra consume cinco medidas de alcohol o más en un día de consumo normal, esto es lo que se considera consumo episódico excesivo o consumo tipo binge. Las medias y DE para las diferentes dimensiones de las escalas evaluadas se presentan en la tabla 1 .
Resultados de análisis bivariados: relación entre DRE y los motivos de afrontamiento y mejora o animación y AUDIT
Cuando se analizaron los datos provistos por las mujeres, se encontró que la mayoría de las dimensiones del DERS correlacionaron positivamente con los puntajes totales del AUDIT. La única dimensión con la cual no se observaron correlaciones estadísticamente significativas fue con la falta de conciencia emocional. Considerada de forma global (DERS puntaje total), la dificultad en la regulación emocional se correlacionó positiva y significativamente con el puntaje total del AUDIT (r = ,29; p < ,001). La cantidad y frecuencia de consumo se correlacionó positivamente con falta de aceptación emocional (r = ,26; p < ,001), dificultades en el control de impulsos (r = ,25; p < ,01) y acceso limitado a estrategias de regulación emocional (r = ,25; p < ,01), pero no se observaron asociaciones significativas con interferencia dirigida a metas, falta de conciencia y falta de claridad emocional. Los síntomas de dependencia y los problemas relacionados con el consumo de alcohol estuvieron correlacionados de forma positiva con interferencia dirigida a metas (r = ,17; p < ,05 y r = ,27; p < ,01, respectivamente), dificultades en el control de impulsos (r = ,035; p < ,001 y r = ,26; p < ,001, respectivamente), falta de claridad emocional (r = ,24; p < ,001 y r = ,17; p < ,05, respectivamente) y acceso limitado a estrategias de regulación emocional (r = 0,31; p < ,001 y r = 0,18, p < ,05, respectivamente), pero no se obtuvieron correlaciones significativas con falta de aceptación emocional ni con falta de conciencia emocional. Estos resultados se presentan en la tabla 2 .
Cuando analizamos los datos provenientes de los varones ( tabla 2 ), las dimensiones falta de aceptación emocional, interferencia en conducta dirigida a metas y dificultades en el control de impulsos se correlacionaron de forma estadísticamente significativa con los puntajes totales del AUDIT (r = ,20; p < ,05, r = ,25; p < ,01 y r = ,28; p < ,01, respectivamente). La cantidad y frecuencia de consumo se correlacionó únicamente con interferencia en la conducta dirigida a metas (r = ,20; p < ,05). Por otro lado, las dimensiones del DERS que correlacionaron con los síntomas de dependencia y con problemas relacionados con el consumo de alcohol fueron la falta de claridad emocional (r = ,20; p < ,05 y r = ,20; p < ,05, respectivamente), interferencia con la conducta dirigida a metas (r = ,21; p < ,05 y r = ,22; p < ,05, respectivamente) y dificultades en el control de impulsos (r = ,31; p < ,001 y r = ,26; p < ,001, respectivamente).
Respecto de los motivos de afrontamiento y mejora, en el grupo de mujeres se encontraron correlaciones significativas entre estos dos motivos con los puntajes totales del AUDIT, cantidad y frecuencia de consumo, síntomas de dependencia y problemas relacionados con el consumo de alcohol. Un perfil levemente diferente se encuentra en el grupo de varones, entre los cuales los motivos de mejora o animación se correlacionan con los puntajes totales del AUDIT y con cantidad y frecuencia de consumo, pero no con síntomas de dependencia ni con problemas relacionados con el consumo de alcohol. Estos resultados han sido sintetizados en la tabla 2 .
Finalmente, el puntaje total del DERS y la mayoría de sus dimensiones (excepto falta de conciencia emocional) correlacionaron positivamente con los motivos de afrontamiento, tanto en mujeres como en varones. En cambio, los motivos de mejora o animación se asociaron con las dificultades en la regulación emocional (puntaje total del DERS) y la mayoría de sus dimensiones (excepto falta de conciencia emocional y falta de claridad emocional) en mujeres, pero en varones los motivos de mejora se asociaron únicamente con falta de conciencia emocional, siendo esta una correlación negativa, indicando que a mayor presencia de este motivo, menor grado de dificultad en conciencia emocional ( tabla 2 ).
Análisis de regresión múltiple
Calculamos un modelo de regresión lineal jerárquico para predecir el impacto de las dimensiones del DERS y los motivos de afrontamiento y mejora o animación sobre consumo problemático de alcohol (AUDIT-total). Cuando se analizaron los datos provenientes de mujeres, la ecuación de regresión fue estadísticamente significativa (F = 7,30; gl 8;143, p < ,001). El valor de R2 = ,290, lo que indica que la inclusión de todas las variables explica el 29% de la varianza de los problemas por el uso de alcohol. De las dimensiones del DERS, la variable dificultades en el control de impulsos correlaciona significativamente con AUDIT total (paso 1). Cuando se agregan como variables predictivas los motivos de afrontamiento y mejora o animación, el efecto de esta variable pierde significación (paso 2). Entre los varones, la ecuación de regresión fue estadísticamente significativa solo cuando se incluyeron como variables predictoras los motivos de afrontamiento y mejora (F = 4,028 (gl 8;95); p < ,001). El valor de R2 = ,253, indicando que el modelo explica el 25% de la varianza. No se observaron problemas de colinealidad (FIV < 10). Estos resultados han sido sintetizados en la tabla 3 .
Discusión
El presente trabajo tuvo como uno de sus objetivos caracterizar el consumo de alcohol en una muestra de estudiantes del último año de escuelas secundarias de la ciudad de Córdoba y zonas aledañas. Se observaron cifras similares para el consumo de alcohol en estudiantes de nivel medio (OAD, 2017; Pilatti et al., 2022). Tanto en varones como en mujeres, el consumo de riesgo fue superior al 40%. Es interesante notar que conservamos como puntos de corte aquellos su-geridos en adultos, aun cuando hay estudios que sugieren bajar el punto de corte a ≥5 en adolescentes de 13-18 años para mayor sensibilidad en la detección de un trastorno por uso de alcohol (Liskola et al., 2021). Estos resultados, utilizando un criterio más conservador, ponen de relieve la magnitud de esta problemática en este grupo etario y la gran vulnerabilidad para el desarrollo de problemas relacionados con el uso de alcohol. Estos niveles de consumo pueden implicar problemas en las esferas inter o intrapersonales (OAD, 2017). Esto opera como alarma social, ya que, al tratarse de adolescentes en crecimiento, este tipo de consumo implicaría un mayor riesgo para la salud (Espada et al., 2003 ; Less et al., 2020), y mayor riesgo de abuso y de desarrollo de trastornos por consumo de alcohol (Aiken et al., 2018).
En línea con diversos antecedentes (Aurora & Klanecky, 2016; Messman-Moore & Ward, 2014; Paulus et al., 2021), observamos que las DRE y los problemas por el uso de alcohol (que en el presente trabajo estuvieron evaluados a través del puntaje total AUDIT) se correlacionaron de forma positiva tanto en mujeres como en varones. Cuando se consideraron cada una de las dimensiones del DERS, pudimos observar algunas especificidades que discutiremos a continuación. Mientras que la falta de conciencia emocional no se correlacionó con los problemas por el uso de alcohol, la falta de claridad emocional sí tuvo una relación positiva con los problemas por el consumo de alcohol (puntaje total, síntomas de dependencia y problemas relacionados con el consumo de alcohol), esto se observó en mujeres, pero no en varones. Estos dos constructos están muy relacionados conceptualmente, mientras que el primero implica el poder detectar o registrar la presencia de un estado emocional, el segundo (claridad) supone poder distinguir el tipo de emoción de la que se trata. El cómo sentimos las emociones depende de nuestra capacidad de comprenderlas, diferenciarlas, nombrarlas. La alexitimia es un fenómeno conceptualmente similar a la dimensión falta de claridad emocional, evaluada en el presente trabajo. En su artículo “I don't know how I feel, therefore I act”, Shishido et al. ( 2013) encontraron que la alexitimia se asocia con problemas relacionados al alcohol.
Actuar de manera impulsiva se asocia a una mayor frecuencia, cantidad y riesgo de consumo de alcohol (Dvorak et al., 2014). Los problemas relacionados con el uso de alcohol se relacionaron de forma positiva y significativa con dos dimensiones vinculadas a la impulsividad, la interferencia en la conducta dirigida a metas (AUDIT total, cantidad y frecuencia, y síntomas de dependencia en varones, y similarmente en mujeres, exceptuando cantidad y frecuencia) y las dificultades en el control de impulsos (AUDIT total, cantidad y frecuencia, y síntomas de dependencia en mujeres, y similarmente en varones, exceptuando cantidad y frecuencia). Existe una amplia literatura sobre la teoría de los dos procesos, que sostiene la participación de una disminución en el control ejecutivo y procesamiento de arriba-abajo, y una mayor impulsividad y búsqueda de sensaciones (o procesamiento de abajo-arriba) en el consumo tipo binge en adolescentes y en los trastornos de consumo de alcohol y otras drogas ( Wojciechowski, 2021 ). Si bien la valoración del aporte de estos dos procesos excede los objetivos de la presente investigación, aportamos nueva evidencia que sostiene la importancia de las dificultades en el control de impulsos (DERS) con relación a los problemas por el uso de alcohol (AUDIT).
El acceso limitado a estrategias de regulación emocional se asoció con todas las medidas de consumo problemático (AUDIT total, cantidad y frecuencia, síntomas de dependencia, problemas por el consumo de alcohol) en mujeres, pero solo con síntomas de dependencia en varones. En estudiantes universitarios, el mindfulness disposicional y autocompasión se asociaron con niveles más bajos de ingesta de alcohol como mecanismo para afrontar la depresión, mediante niveles más bajos de acceso limitado a estrategias de regulación (es decir, un mayor nivel de acceso) (Wisener & Khoury, 2021).
Considerados globalmente, los procesos de regulación emocional evaluados en este trabajo mediante el DERS estuvieron asociados con las diferentes variables de consumo problemático de alcohol. Este resultado es especialmente evidente en mujeres. Estos resultados son coherentes con la literatura ( Dragan, 2015 ; Dvorak et al., 2014). Como ha sido sugerido ya por otros, el consumo de alcohol podría estar cumpliendo una función frente a las dificultades de los sujetos para acceder a estrategias internas de regulación cuando se encuentran bajo un estado emocional intenso. Posiblemente, a partir de los efectos ansiolíticos del alcohol, y mediante un fenómeno de reforzamiento negativo (Koob, 2015; Luciano et al., 2022), se logre una reducción del malestar subjetivo que no es alcanzado mediante otros recursos personales más adaptativos (Messman-Moore & Ward, 2014; Paulus et al., 2021). Nuestros resultados arrojaron que los motivos de afrontamiento y los motivos de mejora o animación se correlacionaron significativamente con los puntajes del AUDIT. Es interesante señalar que los puntajes totales en el AUDIT también se correlacionaron con las DRE. Estos resultados, similares a los de Aurora y Klanecky (2016 ), abonan aún más la idea de que un consumo elevado de alcohol puede estar indicando un intento de cambiar la experiencia emocional interna. El consumo de alcohol, entonces, no solo sirve para conseguir determinadas consecuencias externas (como desinhibirse o relacionarse mejor), sino que además es una fuente importante de refuerzo intrínseco (Prieto-Ursúa et al., 2020 ). De hecho, los motivos relacionados a la experiencia emocional interna (como los motivos de afrontamiento) son un factor de mantenimiento del consumo de alcohol de gran peso en estadios avanzados del desarrollo de una adicción (Koob, 2015).
Finalmente, en el presente trabajo se puso a prueba un modelo predictivo para dar cuenta de la influencia de las DRE y los motivos de consumo sobre los problemas por el uso de alcohol. Se consideraron como variables predictoras las dimensiones de dificultades en la regulación emocional y los motivos de consumo de afrontamiento y mejora. En mujeres, la dimensión dificultades en el control de impulsos estuvo asociada significativamente con el consumo problemático (paso 1). Este resultado ya no fue evidente cuando se introdujeron los motivos de consumo de afrontamiento y mejora (paso 2), lo que podría estar indicando que estos últimos podrían estar mediando dicha relación. Los motivos de consumo y las metacogniciones como mediadores de la relación entre DRE y consumo de alcohol ha sido encontrado en otros estudios (Aurora & Klanecky, 2016; Dragan 2015). Como mencionamos anteriormente, la impulsividad ha sido relacionada con el consumo de alcohol y el desarrollo de trastornos vinculados al consumo (Herman & Duka, 2019; Wojciechowski, 2021 ). Este modelo predictivo se suma a otros que intentan explicar los problemas por el uso de alcohol en adolescentes (Aurora & Klanecky, 2016; Dvorak et al., 2014; Paulus et al., 2021), reforzando la idea de que el desarrollo de esta problemática es un fenómeno complejo y multideterminado.
Los resultados del presente trabajo deben considerarse tomando en cuenta diferentes limitaciones. Al ser un diseño transversal no experimental, no es posible realizar inferencias causales o temporales entre las variables bajo estudio. Estudios de tipo longitudinales podrían echar luz sobre si las dificultades en la regulación emocional actúan como variables antecedentes de los motivos de consumo de afrontamiento y mejora, impactando sobre el desarrollo de problemas de consumo de alcohol. Otra limitación se relaciona con la metodología de muestreo utilizada; se hacen necesarios estudios con muestras más representativas que permitan una mayor generalización de los resultados. Sería importante ex-tender el presente trabajo a partir de la incorporación de modelos más abarcativos, que incluyan variables microsociales como monitoreo parental, grado de tolerancia familiar o del grupo de pares frente al consumo de alcohol, etc.
Conclusiones
El presente trabajo tiene como aporte evaluar el peso predictivo de la dimensión dificultades en el control de impulsos del DERS y de los motivos de afrontamiento y mejora del DMQ-R SF sobre los problemas por el uso de alcohol en adolescentes del último año de secundaria. Dentro de nuestro conocimiento, este es el primer trabajo que realiza esta evaluación en nuestro medio. Los resultados aquí expuestos pueden tener una potencial importancia a la hora de diseñar intervenciones de prevención y tratamiento del consumo de riesgo y trastornos por consumo de alcohol. Abordajes que potencien el desarrollo de autocontrol y la tolerancia al malestar, así como otras alternativas al consumo de alcohol como estrategias de afrontamiento y mejora de estados emocionales internos en adolescentes, podrían resultar protectores en población con riesgo de desarrollar problemáticas vinculadas al consumo de alcohol.
Resumen:
Introducción
Método
Población y muestra
Procedimiento
Instrumentos
Análisis de datos
Resultados
Resultados descriptivos
Resultados de análisis bivariados: relación entre DRE y los motivos de afrontamiento y mejora o animación y AUDIT
Análisis de regresión múltiple
Discusión
Conclusiones