En los últimos años, en el campo de la discapacidad, existe consenso respecto a pensar que la misma es una producción social. Tal como señaló Erving Goffman en los 60, en las sociedades occidentales, la discapacidad construída como estigma físico erosiona la identidad social del individuo y suspende todas las expectativas normativas que se poseen respecto a él en su condición de ciudadano/a.